Última cicatriz

Esta es la última que puede apreciarse a simple vista. Por supuesto hay muchas que no, pero de esas hablaré en otra serie, muy pronto.
No es que esté gordo, pero a mis 35 llevo con cierto orgullo la barriguita que, si te fijas un poco, se puede apreciar por encima del cinturón. La cuestión es que quise hacerla desaparecer en el año 2004, estando mi mujer embarazada de mi hija. Lo quise hacer por la vía sana, así que me presenté en mi médico explicando el caso. Me hizo unos análisis y vio que tenía colesterol y ácido úrico, y me dijo que antes de empezar con la dieta tenía que hacer desaparecer ambas cosas.
Estuve tomando Alopurinol y Simbastatina durante un mes, hasta que un día me salió un salpullido y empecé a tener fiebre. En el médico de urgencias me dijeron que se trataba de rubeola, a pesar de que le dije que lo encontraba improbable por el hecho de que estaba vacunado tanto de pequeño como en la mili. Pero claro, la respuesta es obvia: ¿Quién es el médico?¿Tú o yo?
Así que empecé a tomar antibióticos que no me hicieron nada, ya que evidentemente no era rubeola.
Me tiré una semana en cama sin que bajara la fiebre ni un sólo día, hasta que pasó lo que ya tardaba en pasar. Al sexto día, de una fiebre especialmente alta, me quedé inconsciente.
Cuando desperté me encontraba lleno de tubos y con dos tubitos de plástico conectados a mis venas. Había tenido una reacción alérgica al alopurinol y la simbastatina de grado muy severa, agrabada por los medicamentos contra la supuesta rubeola. Lo que son las cosas, un médico casi me mata y otro me salvó la vida por los pelos.
La reacción me había hecho polvo por dentro, y por fuera estaba totalmente hinchado y lleno de manchas. Las fotos hoy en día me ponen la piel de gallina. Me hicieron una biopsia quitándome un pedazo de carne justo debajo de la cicatriz del navajazo, y era cicatriz es el objeto de este post.
Tardé algunos meses en recuperarme, pero hoy en día no es más que un mal recuerdo.

8 comentarios:

Eva dijo...

Los médicos pueden ser curanderos pero también son matasanos. A una de mis amigas (es asmática) la tumbó en cama una gripe, fue al médico (su médico) y le dio un jarabe y no se cuantas cosas más que ella se tomo. A los dos días estaba en Urgencias ingresada porque su médico de cabecera que sabe (y además lo pone en su historia) que es asmática le había recetado un jarabe que los asmáticos no deben tomar....Vamos, médicos para no dormir...

Rara Avis dijo...

Lo que son las cosas hijo... a veces llamamos médicos a quienes realmente no tienen ni idea... fíjate que yo he pasado tres veces el sarampión y la última me dijeron que era simplemente estres... hasta que casi no llego al hospital... en fin... ¡estos médicos!

besitos grandotes...

Sibyla dijo...

Está visto y comprobado que es mejor tener una barriguita incipiente que desear ponerse en forma...y si no, mira todo lo que te pasó por querer rebajar unos kilitos!

Menos mal que esta cicatriz es la última! Ja,ja!

Un abrazo:)

Anónimo dijo...

Estas cosas llenan de impotencia. Si ellos, que son los médicos, no saben lo que hacen, ¿qué podemos esperar? Simplemente recordar esas cicatrices y que las recuerden ellos. Un abrazo.

Belén dijo...

Bueno, lo malo de las alergias es que salen asi y ni te enteras... pobre

Besicos

Anónimo dijo...

Qué susto. Yo lo hubiese demandado porque mira que tú le anticipaste que estabas vacunado contra la rubeola.

Al menos tú puedes contar la historia, tantos que no.

Besitos alegres y saludables!

Spica dijo...

...menuda rubeola!!!!!...menos mal que ya es un recuerdo...

Tuxman Linuxos dijo...

eva: Uf, ya te digo.
ayshane: ¿Pero el sarampión no se pasaba sólo una? Jajaja.
sibyla: Pues mira, tienes razón.
isabel: Lo malo es que ellos, cuando sales de la consulta, ya no se acuerdan.
belén: Ya, de hecho yo no había sido nunca alérgico a nada, y eso que me hicieron las pruebas clásicas y todo.
lully desnuda: Estuve a punto de demandarle, pero al final me dio pereza. Me consta que el tío no era mal médico, sólo cometió un error conmigo, pero menudo error.
mimundo: Sí, hoy ya sólo es un mal recuerdo.

 
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